La llegada de ella es una bendición para las PYMES. Ha llegado para quedarse, a no ser que ocurra una desgracia y por esa razón reflejada metafóricamente en la imagen, no se puede rechazar.

La Web ha evolucionado dejando de ser un sitio informativo a ser fundamentalmente interactivo. En su versión 2.0 deja paso a una comunicación multidireccional entre empresa, clientes, proveedores y entorno. De ahí, la importancia de tener una página web 2.0 para nuestro negocio.

Aporta aquello que necesitamos para hacer más competitivas a las empresas, pues facilita a la Dirección alejarse de la poco competitiva gestión tradicional, para gestionar más productivamente la nueva realidad (mercado global, escasez de recursos, agilidad, facilidad de comunicación, mucha competencia, países emergentes, segmentación de mercados, compartir recursos para competir, etc.).

En esa realidad diferente no se puede renunciar a lo que aporta la Web 2.0, es decir simplicidad a la complejidad, una reducción sustancial de los costes de transacción e intercambio, facilidad para crear espacios de colaboración, acceso al mercado internacional y marketing, sencillez de uso para aplicar la tecnología web, capacidad de interacción y comunicación a distancia salvando barreras de idiomas, claridad y sobre todo, capacidad para comunicar la “razón de ser” de la empresa con el mercado objetivo sin necesidad de utilizar intermediarios.

Por todas esas razones adaptarse a los cambios que Internet nos trae, es un camino necesario a recorrer, que además va unido a menores costes de desarrollo y mantenimiento, haciéndolo urgente, pues es uno de los pocos caminos que la PYME tiene para ser más competitiva en el mundo actual que es el mercado global donde los países emergentes pisan fuerte.