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Desde la Frontera

¿Quieres ser parte del ECOSISTEMA de Hábitat y Edificación?

 Entonces no puedes perderte el CONGRESO HÁBITAT 2018

El Congreso te dará claves sobre los nuevos Modelos de Negocio, donde se imponen tres lógicas: proximidad al cliente facilitada por los avances tecnológicos, excelencia operativa por la reducción de costes transaccionales y coordinación de la cadena de valor. Es decir, el nuevo entorno competitivo donde la cooperación es obligatoria a pesar o en virtud de las diferencia.

Por eso, te voy a recomendar que no te pierdas a Julio Pitlik, un reconocido especialista israelí en cooperar con los diferentes y que te sorprenderá con su intervención, tanto en el fondo como en la forma, para transmitirte la Magia de la cooperación inteligente.

Jointness Business: cooperar en virtud de las diferencias, un camino para crear Océanos Azules

  Jointness Business: cooperar en virtud de las diferencias, un camino para crear Océanos Azules

 

El HIPERSECTOR DE HÁBITAT Y EDIFICACIÓN engloba las actividades de diseño, fabricación y distribución de productos relacionados con la vivienda y edificación: la cerámica, la piedra natural y sus derivados, el mueble, la iluminación, el textil-hogar, los materiales de construcción, y también la arquitectura y el urbanismo. 


Se incluye tanto hábitat residencial (viviendas, hoteles, centros comerciales, residencias,…) como terciario (oficinas, comercios, …), público (escuelas, hospitales, auditorios, instalaciones deportivas, de transporte de viajeros u otros servicios …) urbano (ciudades, parques, …), hábitats con características especiales (climatología extrema, entornos hostiles, instalaciones temporales, …), habitáculos móviles (interior de trenes, barcos, aviones, …).


  

 

Teléfonos: 96 368 90 50 – Móvil 655 989 655

A pesar de todo, la UE no deja de sorprenderme, aún conserva su capacidad para añadir valor, liderar y en este caso, aportar una dinámica innovadora “de la buena” a las Pymes y de aprendizaje a las Administraciones. Se puede hablar metafóricamente de que la burocracia se hace el “harakiri” y triunfa, lo cual es sensacional. Demuestra que en las Administraciones también existen personas emprendedoras, son las menos, pero es este caso. Al igual, que en las empresas privadas existen personas burocráticas. (Funcionarios vs Emprendedores).

En efecto, qué, sino es el programa SME Instrument: financia la innovación en las Pymes de forma ágil y sencilla, evalúa los proyectos en un mes (más de 2.000 por convocatoria en 1ª Fase) de forma objetiva y transparente con un sistema de evaluación nuevo y muy inteligente y, olvidándose del tergiversado “sin ánimo de lucro”, selecciona proyectos con capacidad para crear nuevos mercados y negocios

 

 

Es sencillamente admirable y una gran OPORTUNIDAD, como venimos diciendo, para las pymes y microempresas, con menos de 10 trabajadores que son el 57% de los proyectos. Desde luego, también una gran oportunidad para aprender a gestionar agílmente en las Administraciones, sobre todo en un entorno tan dinámico.

Como consecuencia, me alegra observar que esta iniciativa piloto se ha convertido en un pilar central del Consejo de Innovación Europeo -EIC- en 2018. Los que trabajamos proyectos en la UE desde hace muchos años, somos conscientes que el programa “SME Instrument” es recomendable por todas las razones expuestas. Ahora bien, sobre todo me quiero extender en dos de ellas.

 

PRIMERA, creo que es un acierto, que el programa explicitamente se oriente a apoyar proyectos que sean capaces de crear nuevos mercados y negocios y además, pueda hacerlo una sola pyme sin necesidad de formar complicados partenariados, que en esta etapa inicial centrada en desarrollar la IDEA, lo que se requiere es rapidez y sencillez. Esto lo ha logrado muy acertadamente, pues las pymes pueden impulsar dinámicas innovadoras en la empresa, aprender a explorar nuevos caminos haciendo y obtener un premio y financiación para desarrollar la idea de negocio que se derive de ello. Además, existe prefinanciación, es decir la UE aporta el dinero antes de realizar el proyecto.
SEGUNDA me parece “revolucionaria” en el ámbito de la Administración, que el programa, con un sistema nuevo, eficaz y objetivo de evaluación sea capaz de evaluar más de 2000 proyectos en I Fase en un mes, tener resultados y aportar la financiación para desarrollar la idea, para lo cual tiene 6 meses de trabajo; esto es impresionante en el ámbito de los programas europeos y también de la Administración en general. Es un programa que va con los tiempos, a los cuales se ha adaptado aportando agilidad, sencillez y rapidez.


Desde que empezó a ejecutarse el programa en 2014, el SME Instrument ha invertido 1.300 millones de euros en alrededor de 3 200 proyectos presentados por PYMES europeas y con el objetivo de desarrollar ideas innovadoras capaces de crear nuevos mercados o hacerlos crecer con la idea desarrollada. El informe de Mayo de 2018 sobre SME Instrument revela los principales logros del programa de financiación, así como aquellos aspectos que refuerzan el desarrollo de los proyectos que se integran en el programa y que se señalan en el gráfico.

Así pues, vuelvo a insistir, estamos ante una gran oportunidad para las Pymes, especialmente las microempresas, pero también el resto, ya que apostar por el programa es apostar por abrir nuevos caminos de innovación y por lo tanto, la única forma de garantizar el presente y futuro.

El programa “SME Instrument” es una experiencia piloto del Consejo Europeo de Innovación (EIC),que representa una Gran OPORTUNIDAD para la Pyme no sólo porque le permite obtener importantes fondos para ampliar el negocio o desarrollar uno nuevo, sino también, porque para la Dirección, puede ser una forma de retar al equipo a abrir nuevos caminos de negocio, impulsando dinámicas innovadoras vinculadas a la necesaria transformación digital (Digitalización + Cambio de Cultura empresarial)Además, puede optar una Pyme directamente.
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Ahora bien, no es lo mismo pensar en un proyecto de Fase II, que van a recibir fondos hasta 2,5 millones de Euros, que es este caso que vamos a comentar (ver gráfico 94 M € para 57 lo que da una media de 1,6), que hacerlo para presentar un proyecto de Fase I, donde lo que se va a financiar es explorar una nueva idea de negocio y, hasta que punto la idea que tenemos puede ser escalable ycomercializable. Para esto, te van a dar 50.000 Euros, por lo cual es sumamente interesante. Por supuesto, es recomendable empezar por aquíexplorando nuevas vías de negocio.

Además, hay que destacar la rapidez con la que se resuelve el proceso de selección. El 10 de Enero finalizaba el plazo de presentación de proyectos y en dos meses (13 de Marzo) las empresas ya pueden disponer de los fondos para poner en marcha el plan de negocio, escalarlo y comercializarlo. Este proceso contrasta mucho, con la mayor parte de los programas europeos, donde transcurre mucho tiempo antes de conocer los resultados y disponer de los fondos, también porque tampoco es habitual que lo pueda solicitar directamente una Pyme.

Por otra parte, se confirma esta apreciación de oportunidad y nos entusiasma comprobar el gran éxito obtenido por las empresas españolas y valencianas. Primero nuestra más sincera ENHORABUENA, en particular a las Pymes y en general a la capacidad innovadora española y valenciana, pues nada más y nada menos que casi un 23% de los 57 proyectos aprobados eran españoles y un tercio de esos son valencianos, lo cual dice mucho de nuestras capacidades creativas e innovadoras. Países Bajos nos seguía a distancia con un 12% de los proyecto y Francia y Finlandia con menos del 9% cada uno. Los 4 proyectos valencianos seleccionados están trabajando en maquinaria para la agricultura, para turbinas, embalaje biodegradable y monitorización de personas que necesitan cuidados.

Una mayor información de los proyectos aprobados en esta primera convocatoria del año de Fase II, se puede obtener en la Web de la UENtardaremos mucho en conocer la primera evaluaciócorrespondiente a proyectos de Fase I, mientras llega, habría que destacar que entre los temas seleccionados son muy abundantes las innovaciones que aplican las tecnologías emergentes al sector de la salud, al sector industrial y en temas vinculados a la alimentación. También existe un 7% de los proyectos que desarrollan diferentes tipos de plataformas digitales de monitorización.

Normalmente, en esta Fase II son empresas consolidadas, que utilizan el programa para avanzar nuevas líneas de negocio, donde al final tienen que pasar por entrevistas personales con los evaluadores del programa.

En definitiva, no tengo ninguna duda que tanto para desarrollar nuevas ideas de negocio como para implantar, escalar y comercializar un nuevo plan de negocio, el Programa piloto “SME Instrument”es una herramienta que recomendaría explorar a cualquier empresa. Es rápido, puede optar directamente la Pyme y además, le puede servir a la Dirección para retar a su equipo a innovar integrando las tecnologías digitales emergentes.

 

Me pareció interesante leer “El declive de la Comunidad Valenciana” de Jordi Palafox donde citaba el estudio “El comportamiento reciente del sector exportador de la CV”. Según el estudio, el menor tamaño medio de las empresas valencianas es la principal causa de una menor productividad y como consecuencia de una pérdida de peso de las exportaciones valencianas. Pero al mismo tiempo me llamó la atención que, en plena revolución tecnológica disruptiva, esta no se tenga en cuenta e incluso se ignore para explorar actuaciones de futuro.

 

No se trata de hacer ciencia ficción desde el departamento de Estructura Económica de la UV, pero sí de asomarse a la 4ª revolución industrial impulsada por las tecnologías digitales (IoT, Big Data, Inteligencia Artificial, Machine Learning, 3D, Realidad Aumentada, Blockchain) y las plataformas tecnológicas colaborativas y, en que medida estas innovaciones organizativas y comerciales pueden influir en la gestión de la cadena de valor, al margen de las multinacionales.

 

Es evidente, que ganar tamaño empresarial es uno de los retos de la empresa valenciana, lo cual no es nada nuevo ni tampoco único. Quizá lo que sí es nuevo, es que el crecimiento, se puede hacer ahora de forma diferente y no tiene por qué hacerse de una forma tradicional es decir, creciendo verticalmente. Por el contrario, la disminución de los costes de transacción y comunicación junto con la personalización de proyectos integrales y el cambio de las culturas de pertenencia (sociedad líquida de Bauman), puede representar una oportunidad para explorar alternativas innovadoras para ganar tamaño creciendo horizontalmente de forma colaborativa.

 

De hecho, en este nuevo entorno competitivo necesitamos una empresa abierta a desaprender los viejos conceptos de competencia individual, pues las tecnologías digitales obligan a concebir la empresa como un ecosistema en el que clientes, trabajadores, proveedores e incluso competidores, colaboran en la cocreación de productos y servicios para ser más competitivos.

 

agenda industria 4.0 Comunidad Valenciana, #ModelEconómic valencià

El estudio explica con datos muy exhaustivos y con abundantes gráficos, la negativa evolución de las cuotas de exportación valencianas que achaca a la pérdida de productividad. Los datos revelan que, de media, el sector industrial valenciano tiene una productividad de un 14% inferior al del conjunto de España, diferencial que se amplía si se compara con País Vasco, Cataluña o la Comunidad de Madrid y por supuesto, con Europa.

También destaca que, ese menor tamaño de la empresa valenciana aparte de lastrar la productividad, también representa un obstáculo al aprovechamiento de las economías de escala, no sólo en el ámbito de la producción sino también en el de la gestión, diversificación, innovación, posibilidad de acceso a los nuevos mercados, etc.

 

Ante esto la solución que se propone es: incrementar la productividad aumentando el tamaño de las empresas y apoyar los sectores con mejor comportamiento. Estando de acuerdo con ello hasta ahora, es insuficiente pues eso no añade ninguna novedad a una estrategia que tampoco ha dado muchos resultados y, sobre todo nada se dice de otras posibles alternativas relacionadas con la revolución tecnológica comentada.
Precisamente, con el objetivo de explorar esos modelos emergentes que resaltan las diferencias empresariales individuales para
ponerlas al servicio de los intereses del ecosistema y, por lo tanto, de la propia empresa
, se ha empezado a trabajar en la Comunidad Valenciana “Jointness Business”.

 

El planteamiento es tratar juntos, de entender ese nuevo entorno competitivo, dominado por la transformación digital y la lógica de los nuevos Modelos de Negocio y, ayudar a las Pymes a coorganizar un ECOSISTEMA para Hábitat y Edificación donde compartir experiencias, ideas, problemas y soluciones y, en definitiva, recursos e intereses comunes para ser más competitivos.

 

En definitiva, ser más competitivo tiene que ver con la productividad pero, no sólo con el tamaño, también con desaprender y aprender cooperando para innovar, es decir, con “cooperar más para competir mejor” en virtud de las diferencias empresariales individuales y no de la homogenización.
El éxito industrial del País Vasco tiene que ver con el impulso decidido de la INNOVACIÓN tanto tecnológica (productos y procesos) como, sobre todo, la innovación no tecnológica, aquella que tiene que ver con la cultura organizativa y comercial.El Modelo Vasco, ha avanzado por el camino de la gestión participativa (propiedad, gestión, beneficios) como forma de crear climas de confianza entre los principales actores de la empresa. Y quien tiene un modelo, ya se sabe, tiene un tesoro.

Los resultados son evidentes, actualmente tiene la mayor renta per capita de España, la menor tasa de desempleo y una de las productividades más elevadas. Además, se posiciona en una senda estratégica adecuada, para ser más competitiva en la sociedad de los conocimientos, donde es fundamental crear climas de confianza entre los actores de la empresa.

Recientemente Vicente Lafuente, un líder valiente, presidente de Femeval, una de las asociaciones empresariales más importantes por realidad y tradición de la Comunidad Valenciana, ha destacado que es el momento de activar una alianza similar a la del País Vasco, “un modelo industrial de éxito sin parangón que podemos imitar y hacia el que tenemos que evolucionar, para evitar convertirnos en una economía de poco valor añadido” y alejarse de las regiones europeas más avanzadas, como señalaba Jordi Palafox, en el Declive de la Comunidad Valenciana.

También 
la Federación de Industria de CCOO en su último informe destaca con cifras la importancia que tiene el sector para la economía española y considera la Industria 4.0 como el reto más importante del sector a corto y medio plazo.
Más de una vez he hecho referencia al Modelo Vasco de Gestión Empresarial ahora tengo que recordar una publicación colectiva, editada por la Agencia Vasca de Innovación bajo el título “Dinámicas de Gestión basadas en las Personas” una publicación colectiva, con empresas e innovadores en gestión, donde se analizan los cambios organizativos basados en las capacidades creativas y relacionales de las personas, como factor de éxito industrial en el País Vasco.

Cómo decía Vicente Lafuente, en la Comunidad Valenciana ya tenemos trazada la hoja de ruta: Plan Estratégico de la Industria Valenciana, el Plan de Seguridad Industrial, los Planes Sectoriales, la Agenda Industria 4.0 y la Estrategia RIS3CV. Ahora, se trata de actuar poniéndose manos a la obra pero, como el mismo dice, mirando de reojo e incluso imitando el “éxito sin parangón vasco”. 

 

Quizá la transformación digital podría ser utilizada como una palanca de apoyo para transitar en esa dirección que verbalizaron los Consellers Vicent Soler y Rafael Climent cuando iniciaron, a principios de año, el proceso de reflexión sobre las transformación del #ModelEconómic valencià

En definitiva, innovan las personas

no las organizaciones ni los sistemas aunque estos pueden facilitar o impedir su desarrollo. Se trata ahora de empezar a desarrollar nuestro propio Modelo para cambiar la forma de organizar y gestionar la empresa y recuperar en nuestras organizaciones la capacidad de conocimiento y creatividad de las personas, aprovechando como palanca la transformación digital.